Está distribuida por toda la península Ibérica (menos en la franja norte) y en zonas de la isla de Menorca.
Habita en lugares soleados con abundante vegetación.
La alimentación de la culebra de escalera está basada principalmente en roedores y pequeños conejos. Además también come todo tipo de huevos de aves y pequeños polluelos que coge de los nidos. En algunas ocasiones también caza murciélagos o a otros reptiles como lagartos o lagartijas. Muchas veces se acercan a las construcciones humanas para atrapar allí a los roedores que encuentran o cazar a los pequeños pollos o huevos que hay en los tejados.
Son ovíparas (esconden los huevos bajo tierra), ponen una cantidad de huevos muy variable, que oscila entre 5 y 24. Éstos eclosionan pasadas entre 5 y 12 semanas de su puesta. Nada más nacer, las pequeñas culebras de escalera ya son independientes y se alimentan de pequeños insectos y lagartijas.
En cuanto a sus dimensiones, las culebras de escalera pueden alcanzar los 1,5 metros de longitud. Las crías se diferencian de otras especies similares por ser las únicas culebras que tienen manchas negras cruzando su cuerpo que se asemejan a los peldaños de una escalera.
Cuando alcanzan aproximadamente los 70-80 cm de longitud pierden esas manchas negras que cruzan su cuerpo y en el dorso solo aparecen dos líneas oscuras longitudinales.
Destaca entre sus características, su gran habilidad para trepar y que es un animal con hábitos diurnos, aunque se muestra activa a primeras horas de la noche en busca de alimento.
Sus depredadores naturales principales son las rapaces diurnas.
Como otras posibles amenazas a su supervivencia destaca la falta o disminución de roedores en el campo.
El comportamiento de las culebras de escalera cuando se ven acorraladas es bastante peculiar, ya que se enroscan, levantan la cabeza y lanzan silbidos amenazadores para ahuyentar al posible depredador y librarse de tener que atacar. Esta es una conducta ante todo preventiva.