Buitre leonado, pertenece a la especie gyps fulvus, al orden accipitriformes y la familia accipitridae.
Se encuentra distribuido por el suroeste de Europa, noroeste y sur de África y por distintos países de Asia (zona de Oriente Medio, Pakistán, India, etc.).
El hábitat del buitre leonado son los cortados rocosos de montaña o los grandes cañones de ríos donde tienen sus posaderos y desde donde emprenden el vuelo con facilidad al lanzarse al vacío y aprovechar las corrientes ascendentes de aire con las que planean sin esfuerzo. Son aves sedentarias.
Sus dimensiones son de 90-110 cm de longitud y hasta 256 cm de envergadura. Pesa alrededor de 6-9 kg. Son fácilmente reconocibles entre otras rapaces por tener el cuello y la cabeza cubiertos no de plumas sino de una especie de plumón blanquecino. El macho y la hembra son prácticamente iguales a la vista.
Los buitres leonados efectúan la nidificación en repisas o huecos de cortados rocosos donde ponen un solo huevo que incuban los dos progenitores durante 48-54 días. Desde bien pequeños los pollos desarrollan su instinto de supervivencia aplastándose contra el suelo del nido y aparentando estar muertos ante la presencia de cualquier peligro o posible depredador.
La alimentación del buitre leonado se basa, como bien es sabido, de carroña (es decir, de otros animales muertos). Suelen predominar dentro de su dieta los ungulados (cabras, ovejas, ciervos,…) a los que detectan a través de su gran olfato. Cuando encuentran un cadáver suelen sobrevolarlo en círculo antes de bajar a comérselo.
Se comunican por medio de silbidos, graznidos y bufidos que emiten cuando están comiendo o se encuentran en los nidos.
El buitre leonado no tiene depredadores naturales entre otras cosas por su gran tamaño y la habilidad de volar que lo aleja de depredadores terrestres. Su principal amenaza es por otro lado la carne envenenada que utilizan algunos cazadores y ganaderos para matar a los zorros. También sufren la falta de alimento.
Su longevidad está en torno a los 35 años.