Lagarto ocelado, este reptil pertenece a la especie timon lepidus (antes larceta lepida), al orden squamata y a la familia de los lacertidae.
Habitan prácticamente por toda la península ibérica (exceptuando algunas zonas del norte). Prefiere los lugares soleados y al resguardo de un refugio, generalmente paredes de piedra, cercas de rocas o troncos de árboles con huecos. Destaca también que viven en solitario.
En cuanto a sus dimensiones, un macho adulto de lagarto ocelado puede llegar a alcanzar los 60 cm de largo. De los lagartos europeos este es el de mayor tamaño.
Su principal rasgo característico es el color de su piel, que es verdoso con manchas azules en los costados. Poseen unas mandíbulas muy fuertes, que una vez cerradas no permiten escapar a su presa. Por otro lado, también destaca que estos lagartos son excelentes trepadores. Hibernan durante los meses fríos de invierno.
Reproducción, los reptiles son una especie ovípara, que esconde los huevos bajo tierra. La época de la puesta de estos tiene lugar en primavera, en la que se llegan a poner hasta 20 huevos, que se incubarán durante aproximadamente 3 meses.
Los lagartos ocelados se alimentan de insectos, huevos de aves y crías de éstas, además de otros reptiles más pequeños.
Los peligros que pueden amenazar su supervivencia son principalmente:
– Falta de insectos: Esto es debido al uso abundante de insecticidas en la agricultura.
– Atropellos: Esto no acabará con la especie, pero si es cierto que cada vez se dan con más frecuencia, sobre todo en los meses estivales cuando los lagartos cruzan las carreteras en sus desplazamientos. Este hecho disminuye el número de ejemplares de forma, al menos, destacable.
Sus depredadores naturales son las serpientes, rapaces, zorros, meloncillos y comadrejas.
Como curiosidades de esta especie, destaca que cuando se ven amenazados se desprenden de la cola para despistar a su enemigo (como sucede con las lagartijas).
Por último, respecto a su longevidad, decir que el lagarto ocelado vive una media de 5 años.