La lagartija roquera pertenece a la especie podarcis muralis, al orden squamata y a la familia lacertidae.
Se encuentra distribuida en el centro y norte de España, Francia, Italia, este de Turquía y desde el mediterráneo se extiende por Europa llegando hasta Holanda. Ha sido introducida en algunas zonas de Estados Unidos.
El hábitat de la lagartija roqueraes muy variado, ocupa taludes soleados, hayedos, robredales, muros de piedra, acantilados rocosos, orillas de caminos y zonas abiertas con vegetación dispersa de bajo porte, entre otros muchos.
El período de más actividad es aproximadamente del mes de marzo a septiembre, aunque depende de las temperaturas que haya en la zona donde habita.
La longitud de la lagartija roquera, incluyendo la cola, es de unos 16-18 cm.
Esta lagartija se la puede confundir fácilmente con la lagartija noroccidental, a diferencia de esta, la lagartija roquera tiene la mandíbula inferior más oscura con un tono marrón herrumbroso.
También puede ser confundida con la hembra de lagartija carpetana, pero a diferencia de esta, la lagartija roquera no tiene contacto la escama rostal (escama del hocico) con la escama internasal.
La reproducción la realizan de abril a julio. Excavan galerías de 10 a 20 cm donde depositan de 2 a 9 huevos, estos eclosionaran a las 9 o 11 semanas aproximadamente. Las crías al nacer miden de 3 a 4 cm de longitud total.
Al año de vida alcanzan la madurez sexual.
La lagartija roquera se alimenta principalmente de insectos, como saltamontes, coleópteros, dípteros, hormigas y artrópodos, como las arañas.
Sus depredadores son los cernícalos, las culebras y los zorros, entre otros muchos. Cuando es atacada su principal método de defensa es desprenderse de la cola, esta sigue moviéndose algunos segundos más para distraer a su enemigo que consigue este pequeño bocado.
Su longevidad es de 6 años aproximadamente.